La industria alguera nacional tiene más de 60 años de trayectoria y se ha desarrollado con un conjunto de actividades productivas, desde el nivel primario con la recolección y extracción de algas y las actividades de acuicultura de algas; en el nivel secundario con las plantas procesadoras y productoras de productos de algas; y en el nivel terciario con las comercializadoras y exportadoras de algas y de sus productos derivados o extractos.

  • Gracias a la corriente de Humboldt, que fluye con aguas frías ricas en nutrientes,que permite condiciones muy favorables para el desarrollo de una rica variedad de algas marinas.
  • Existen más de 15 especies de macroalgas chilenas que hoy pueden tener un uso comercial. Los principales recursos en el lenguaje común son el Pelillo, Luga negra, Luga cuchara, Luga roja, Luche, Huiro palo, Huiro macro, Cochayuyo, Chicorea de mar, Chascón o Huiro negro y Chasca. Los nombres científicos de los mismos son, Gracilaria, Sarcothalia Crispata; Gigartina Skottsbergii; Mazzaella Laminaroides; Pyropia; Lessonia Spicata; Lessonia Trabeculata; Macrocystis Pyrifera; Durvillaea Antartica; Chondracanthus Chamissoi.
  • La recolección o extracción de las macroalgas la realizan exclusivamente pescadores artesanales, que se encuentran inscritos en el Registro Pesquero Artesanal (RPA) a lo largo de todo Chile. Por otra parte al año 2016 la acuicultura de algas se proyectaba con 597 centros de cultivos de macroalgas y 9 centrps de cultivos de microalgas, inscritos en el Registro Nacional de Acuicultura del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura.
  • Hoy existen en Chile Planes de Manejo para las algas que limitan su extracción y entregan criterios de explotación tales como periodos de extracción, cuotas y tallas mínimas aceptables. COPRAM ha colaborado con estas regulaciones, realizando estudios, aportándolos y comunicándolos para la conservación y sustentabilidad del recurso.

Chile se ha convertido en uno de los actores relevantes en la exportación de algas y como productores a nivel mundial de hidrocoloides, con extractos como el agar agar, carrageninas y alginatos, productos de alto valor agregado, que son elaborados en industrias modernas y sofisticadas que representan importantes inversiones chilenas, norteamericanas, europeas y asiáticas.

Algunas especies chilenas son utilizadas como algas comestibles, ya sea con productos deshidratados para consumo interno o para exportación, y corresponden a Cochayuyo (Durvillaea antarctica), Chicoria de Mar (Chondracanthus chamissoi), Luche (Pyropia spp), Carola (Callophyllis) y Lechuguilla. (Ulva spp).

En Chile existen 2 productores de Agar; 2 productores de carragenatos y un productor de alginatos. Estas plantas procesan hoy más del 50% de algas agarófitas y carragenófitas que se extraen en Chile, dándoles un importante valor agregado. Además existen alrededor de 200 procesadores donde se deshidratan y secan algas.

COPRAM A.G. además de comprometerse con el aseguramiento de la conservación y la explotación racional de los recursos algueros nacionales, considera de alta prioridad proyectar la acuicultura nacional de algas nativas en todos los espacios y áreas apropiadas para el desarrollo de actividades de repoblación y cultivo de algas.

En la perspectiva del valor agregado se proyecta con particular interés en el desarrollo de nuevos productos susceptibles de elaborar con las macroalgas nacionales, especialmente de productos de consumo humano, considerando el alto valor nutraceutico de las algas como alimentos funcionales.

“Chile es un país privilegiado con una diversidad y riqueza altísima en cuanto a algas, lo que nos impone el más alto desafío y compromiso en cuanto a los estándares para la industria y políticas de sustentabilidad para su manejo”