La industria alguera nacional tiene más de 60 años de trayectoria y se ha desarrollado con un conjunto de actividades productivas, desde el nivel primario con la recolección y extracción de algas y las actividades de acuicultura de algas; en el nivel secundario con las plantas procesadoras y productoras de productos de algas; y en el nivel terciario con las comercializadoras y exportadoras de algas y de sus productos derivados o extractos.
Chile se ha convertido en uno de los actores relevantes en la exportación de algas y como productores a nivel mundial de hidrocoloides, con extractos como el agar agar, carrageninas y alginatos, productos de alto valor agregado, que son elaborados en industrias modernas y sofisticadas que representan importantes inversiones chilenas, norteamericanas, europeas y asiáticas.
Algunas especies chilenas son utilizadas como algas comestibles, ya sea con productos deshidratados para consumo interno o para exportación, y corresponden a Cochayuyo (Durvillaea antarctica), Chicoria de Mar (Chondracanthus chamissoi), Luche (Pyropia spp), Carola (Callophyllis) y Lechuguilla. (Ulva spp).
En Chile existen 2 productores de Agar; 2 productores de carragenatos y un productor de alginatos. Estas plantas procesan hoy más del 50% de algas agarófitas y carragenófitas que se extraen en Chile, dándoles un importante valor agregado. Además existen alrededor de 200 procesadores donde se deshidratan y secan algas.
COPRAM A.G. además de comprometerse con el aseguramiento de la conservación y la explotación racional de los recursos algueros nacionales, considera de alta prioridad proyectar la acuicultura nacional de algas nativas en todos los espacios y áreas apropiadas para el desarrollo de actividades de repoblación y cultivo de algas.
En la perspectiva del valor agregado se proyecta con particular interés en el desarrollo de nuevos productos susceptibles de elaborar con las macroalgas nacionales, especialmente de productos de consumo humano, considerando el alto valor nutraceutico de las algas como alimentos funcionales.
“Chile es un país privilegiado con una diversidad y riqueza altísima en cuanto a algas, lo que nos impone el más alto desafío y compromiso en cuanto a los estándares para la industria y políticas de sustentabilidad para su manejo”